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El relicario es delgado, con un una G grabada en la parte inferior y superior del mismo.

os orígenes de la familia Goldstein se remontan muy en los finales del siglo XIX en los Estados Unidos de América. Seguramente conoces el apellido de nuestra familia por nuestras carismáticas bisabuelas Queenie y Porpentina. Hijas de un matrimonio formado por dos magos extraordinarios, quienes murieron de viruela de dragón en 1914.

Sin embargo, la historia no acaba ahí. Los Goldstein, sumidos en una crisis económica familiar, llegaron a los extremos no deseados cuando la madre de Queenie y Porpentina se enteró que esperaba un tercer hijo. En su desesperación, ambos padres decidieron dar al chico en adopción a una bruja de edad mayor que nunca pudo concebir. De esta manera, ninguna de las hermanas Goldstein conoció a su hermano quien, tiempo después, se descubrió llevó por nombre Anthony.

El último de los Goldstein creció y asistió a Ilvermorny, donde fue seleccionado en Pukwudgie. Al terminar su instrucción escolar, decidió emigrar a Inglaterra junto con Blair, su madre adoptiva.
La pequeña familia se estableció a las afueras de Londres, en una casita de campo comprada con los pocos ahorros que el joven Anthony Riggs (apellido que había tomado por Betty) había logrado juntar trabajando en los veranos para un apotecario en Salem, Massachusetts.

Anthony fue contratado al poco tiempo en Gringotts, donde se desempeñó como rompemaldiciones. En el mismo banco conoció a una joven de nombre Meryl Lacerte, con quien años después contraería nupcias.

Fue alrededor de 1950 cuando la noble Blair cayó enferma de viruela de dragón, la misma enfermedad que le había costado la vida a los verdaderos padres de Anthony. En su lecho de muerte, Betty confesó su más grande secreto a su amado Anthony. El joven lo recibió con calma y se mantuvo al lado de quien la vida había hecho su madre. Meses después, el joven Goldstein contrajo nupcias con Meryl, no sin antes entrar en contacto con quienes ahora sabía eran sus hermanas, Queenie y Porpentina. Después del casamiento nació Albert Goldstein, primer hijo del matrimonio y, cuando este último tenía cuatro años, nació Selma, la única hija mujer del matrimonio.

Albert regresó a Estados Unidos para estudiar en Ilvermorny, donde conoció a Claire, una modesta joven de Nueva York, quien más tarde se convertiría en su esposa.

El matrimonio de Albert y Claire tuvo tres hijos: Blair (cómo la abuela de Albert), Ethan y Bellamy.